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Sobre el teletrabajo, la flexibilidad y la productividad

Sobre el teletrabajo, la flexibilidad y la productividad

Aunque ya las empresas están volviendo a los modelos de trabajo presencial, esta situación “obligada” ha hecho que muchas empresas y empleados que jamás imaginaron ponerse en esta posición, hayan experimentado esta otra forma de realizar la jornada laboral y que se valore su posible continuación.

Independiente del debate social sobre si esto perjudica más o menos a empleadores y empleados económicamente hablando; creo que es positivo reflexionar sobre varios aspectos importantes a nivel general: el equilibrio emocional, la desvinculación con la cultura corporativa de la empresa, el estado físico y mental de el empleado y empleador, la motivación y preocupación de ambos, la falta o aumento de rendimiento, la posible organización o desorganización personal, la conciliación con la vida personal, la productividad, la responsabilidad que cada uno siente… son muchos aspectos a tener en cuenta en esta situación difícil y compleja.

Antes de nada, hay que puntualizar que lo que han experimentado muchas personas no ha sido una experiencia de teletrabajo plena. Es decir, el teletrabajo requiere de una serie de premisas y condiciones que deben ser las mismas que las de un puesto de trabajo presencial para poder valorarlo en términos de productividad, rendimiento o satisfacción personal.

Teletrabajar supone disponer de:

  • un tiempo en el que solo se realicen tareas exclusivamente laborales,
  • un espacio privado que permita la concentración;
  • un sitio que disponga de condiciones adecuadas (iluminación, ventilación, silencio…);
  • un equipamiento cómodo en cuanto a silla, mesa u otros elementos;
  • y unas herramientas para el trabajo (ordenador, ratón, teclado,…) adecuadas a las necesidades del puesto;

Los afortunados

Muchos disponemos de este lugar en nuestras casas, incluso ya teletrabajábamos, así que esta situación no ha supuesto nada nuevo para nosotros, salvo tener que coordinar horarios para generar espacios de tiempo exclusivos al trabajo y otros para la atención de asuntos personales. Lo que sí hemos experimentado, por tanto es la flexibilidad, que es otro concepto diferente al de teletrabajar.

La flexibilidad horaria podríamos decir que es poder realizar la jornada laboral completa en tramos horarios que favorezcan la conciliación de la vida personal y profesional sin interferir en la productividad de la persona trabajadora y atención a las necesidades de la organización.

Así, podemos tener flexibilidad horaria en modelo presencial o distancia (trabajo en remoto).

Teletrabajar y tener flexibilidad horaria son por tanto conceptos, a veces diferenciados y a veces complementarios. En cualquier caso, ninguno de ellos supone atender asuntos personales durante el horario de trabajo, que es lo que en muchos casos se confunde, por no tener más remedio o por falta de organización personal.

Los no tan afortunados en esta situación

La mayoría de personas ante la situación de crisis por COVID-19 se han visto obligados a improvisar puestos de trabajo en unas condiciones que no son las óptimas, pues no en todas los hogares se dispone del espacio ni las condiciones descritas anteriormente para realizar las tareas que les han sido encomendadas.

Esta situación de incertidumbre global para empleadores y empleados ha generado situaciones de estrés por la carga laboral y familiar, desconfianza en muchos casos por el desconocimiento de la gestión y control de esta modalidad de trabajo, e incluso de desvinculación por falta de una correcta gestión de la comunicación corporativa y gestión de recursos materiales y personales.

La nueva normalidad

Ya lo hemos experimentado, ya lo hemos vivido; ya conocemos algunos de los errores cometidos y por ello sabremos cómo afrontar la nueva situación laboral en la que la diversidad en la ejecución de la jornada laboral (teletrabajo, presencial, mixto, flexible, …) deberá responder a la pluralidad de situaciones planificadas o sobrevenidas sin dejar atrás la productividad y motivación de empleados y empleadores.

¿Qué ayuda a gestionar correctamente el trabajo en remoto?

  • Una cultura de empresa en la que se valore lo digital.
  • Disponer de herramientas de gestión empresarial cloud, que favorecen el trabajo en cualquier momento y lugar con una simple conexión a internet.
  • Disponer de una plataforma para la gestión global de todos los departamentos: en la que se asimila de manera natural que el trabajo personal influye sobre el resto.
  • Disponer del Portal del Empleado, que ayuda a mantener el sentido de pertenencia y facilita la comunicación corporativa, bidireccional y simultánea para todo el equipo.

Esperemos haber aprendido y movernos con rapidez y solidez antes los nuevos cambios; tenemos claro que ahora la tecnología lo permite.

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