Selección y desarrollo: actitud o aptitud ¿qué se debería priorizar en RRHH?
Hace años, los reclutadores pensaban que había que hacer especial hincapié en el análisis de los conocimientos de los candidatos, sin prestar atención a las habilidades de los postulantes a una oferta.
Hoy se sabe que hay que prestar atención tanto a los conocimientos (aptitudes) como a las actitudes de los profesionales que desarrollan su labor en las empresas y organizaciones, ya que tanto unos como otros aportan al perfil profesional aspectos positivos para la organización.
Hagamos un repaso de a qué nos referimos cuando hablamos de las aptitudes o actitudes de una persona.
Qué es la actitud
Según la RAE la actitud es la “disposición de ánimo manifestada de algún modo“.
Hay variadas y diversas definiciones del ámbito de la psicología, veamos algunas de las más clarificadoras para el tema que nos compete:
Kimball Young: “Se puede definir una actitud como la tendencia o predisposición aprendida, más o menos generalizada y de tono afectivo, a responder de un modo bastante persistente y característico, por lo común positiva o negativamente (a favor o en contra), con referencia a una situación, idea, valor, objeto o clase de objetos materiales, o a una persona o grupo de personas”.
Edwin Hollander: “Las actitudes son creencias y sentimientos acerca de un objeto o conjunto de objetos del ambiente social; son aprendidas; tienden a persistir, aunque están sujetas a los efectos de la experiencia; y son estados directivos del campo psicológico que influyen sobre la acción”.
Además, Rodríguez distingue tres componentes de las actitudes que pueden hacernos entender mejor este concepto y las dimensiones a las que afecta o por las que se ve afectado:
- Componente cognitivo: es decir, está formada por las percepciones y creencias, así como por la información que tenemos sobre un objeto.
- Componente afectivo: es el sentimiento en favor o en contra de un objeto social. Es el componente más característico de las actitudes. Aquí radica la diferencia principal con las creencias y las opiniones – que se caracterizan por su componente cognoscitivo -.
- Componente conductual: es la tendencia a reaccionar hacia los objetos de una determinada manera. Es el componente activo de la actitud.
La actitud tiene que ver con las cualidades de una persona, que normalmente se refiere a las características propias e innatas atribuibles de esa persona; o lo que se conoce en conjunto como habilidades, estrechamente relacionadas con otros conceptos como disposición, know-how, talento y potencial.
Qué es la aptitud
En psicología y ciencias afines, se denomina aptitud a las condiciones que hacen a una persona especialmente idónea para llevar a cabo una tarea. En general aptitud, destreza, habilidad y competencia se utilizan indistintamente, puesto que son términos relacionados, pero no son lo mismo. Todos ellos hacen referencia a la capacidad de una persona de realizar una tarea, pero tienen diferentes significados específicos.
En el lenguaje coloquial, la aptitud se refiere a la capacidad para operar competentemente en una determinada actividad; o a la cualidad que hace que un objeto sea apto, adecuado o acomodado para cierto fin.
La aptitud y actitud en recursos humanos
Como vemos, ambos términos tienen muchas similitudes, pero dependiendo del prisma por el que se analice el término, este va a adquirir una serie de connotaciones diferenciadas; así, desde el ámbito de los recursos humanos nos referimos a ambos vocablos según lo siguiente:
- las aptitudes se refieren a las habilidades técnicas;
- las actitudes se refieren a otro tipo de habilidades no técnicas como la proactividad, el trabajo en equipo, la asertividad o la capacidad de comunicación.
Al hablar de competencias nos referimos al conjunto de conocimientos, habilidades y actitudes de una persona; definidas mediante una descripción genérica; unos comportamientos observables, que permitan identificar correctamente las conductas de las personas que las poseen; y una escala conductual que define el grado de ejecución o adecuación de la competencia “deseada” para el puesto.
¿Cuál es más importante?
Desde los departamentos de recursos humanos ya sabemos que para valorar el potencial de desarrollo de una persona; no sólo debemos fijarnos y analizar lo aptos o no que son los candidatos a nivel de conocimiento y experiencia; si no también en las actitudes que parecen experimentar ante ciertas situaciones planteadas previamente u otras ficticias que demuestran las habilidades, posibles capacidades y potencial del individuo.